El rol del psicopedagogo en el gabinete escolar… algunas funciones posibles







     La  práctica profesional de la psicopedagogía clínica dentro del gabinete escolar,  desde una mirada del niño y sus circunstancias, puede contribuir a hacer  realidad el ideal de una escuela inclusiva, promoviendo intervenciones concretas hacia los distintos actores que intervienen en el proceso educativo, es decir los niños, sus familias, la dirección, los docentes, y la comunidad.
En primera instancia creemos importante la realización de un diagnostico socio-educativo, para conocer la realidad y los recursos disponibles, como así también las necesidades, características de los niños, las familias, la institución educativa, la comunidad. Diagnóstico pensado desde la particularidad de cada escuela y el ambiente donde está inserta, sin generalizaciones globalizantes ni preconceptos estereotipados.
Entre las posibles  acciones nos parece destacar la participación en la planificación y concreción del PEI (proyecto educativo institucional), desde una posición inclusiva ya que éste guiará la práctica educativa dentro de la institución escolar. A la vez, participar en la planificación de proyectos que entablen las redes necesarias fuera de la institución con distintos organismos tanto privados como estatales; y dentro de la institución con los distintos estamentos y niveles, por medio de proyectos de articulación, tanto institucionales como por niveles. Logrando así un trabajo articulado y comprometido.
Otras posibles actividades podrían ser  la de coordinar espacios de reflexión que permitan acuerdos y entre los actores del proceso educativo. Ofrecer espacios con distintas modalidades y dinámicas, talleres participativos, charlas expositivas con distintos profesionales, ya sea con temas previstos de antemano ante los resultados del diagnóstico, como así también según los emergentes que surjan durante el proceso.
Con respecto a los docentes, consideramos que el rol del psicopedagogo, implica un acompañamiento tanto en relación a su función como a sí mismos; generar propuestas de intervenciones pedagógicas concretas en el aula y propiciar espacios de reflexión. Tenemos que tener en cuenta que no todos los docentes están  bien predispuestos a la inclusión, ya que esta supone en muchos casos, un replanteo de la práctica y la posición, y pone en juego su propia subjetividad, y cómo se paran ante la diferencia. Consideramos que podrían tener la posibilidad de elegir, de ser escuchados, de dar su opinión, para que poco a poco puedan aceptar al niño con sus diferencias y singularidades.
Otra área de participación posible sería la de las adaptaciones curriculares, y propiciar planificaciones flexibles que se adecuen  a todos los alumnos, Pueden ser pensadas como  estrategias específicas, para el asesoramiento a docentes y para asegurar una mejor calidad educativa; además de satisfacer con equidad las necesidades específicas de aprendizaje.
Dentro de las posibles  funciones  del psicopedagogo cabe mencionar el  incluir a los padres y familias propiciando la comunicación permanente, como así también a los profesionales que trabajan con los niños fuera de la escuela, por medio de entrevistas, reuniones con directivos y docentes, pidiendo y ofreciendo informes. 
Hablar de inclusión educativa en sentido amplio, es dar cuenta de la diversidad de los alumnos dentro de una institución educativa; no es  sólo intervenir en los PPI (proyecto pedagógico individual) al encontrarnos con alumnos con certificado de discapacidad, sino abarcar a todo el alumnado respetando sus singularidades, pudiendo elaborar proyectos individuales y grupales, para lograr  hacer  realidad “la educación para todos”. 
Si bien las funciones del psicopedagogo dentro de una institución educativa, son diversas, considero que es la Inclusión como posición ética, el eje transversal que guía su práctica profesional.

Verónica del Castillo
Psicopedagoga

Referencias:
- Picasso, "Familia de acróbatas con un mono ", Paría, 1905